domingo, 7 de noviembre de 2010

Triste mirada hacia el pasado

Condensada negra realidad






La superficie de la mancha ya alcanza casi la extensión de la isla de Puerto Rico, 10.000 km2. La sombra negra provocada por la explosión de una plataforma petrolífera frente al sur de las costas de los Estados Unidos es cinco veces mayor de lo que se valoró inicialmente. La tarea es complicada, ya que se tiene que trabajar a 500 metros de profundidad en el suelo marino. Mientras, el petróleo avanza imparable y sin piedad hacia las costas de Luisiana, Misisipi, Alabama y Florida.
Los críticos sostienen que la Casa Blanca no ha actuado con suficiente rapidez frente al derrame de crudo.

Expertos medioambientales alertan de que la marea negra amenaza a más de 400 especies que viven en un ecosistema marítimo. Pobrecitas aves acuáticas que reposan a lo largo de esta costa de sus intensos vuelos. Pobrecitas también las gambas salvajes, el atún rojo, los cangrejos azules y las ostras de las costas del sur de los Estados Unidos.
Gracias a los equipos de voluntarios y personal especializado que rastrean las costas en busca de animales azotados por la acción irresponsable del ser humano y se encargan de trasladarlos a centros para su cuidado y especial tratamiento.

Esta catástrofe saca a la luz, como en otras tantas ocasiones, el temido debate sobre la explotación petrolífera frente a la destrucción medioambiental.
Es importante reflexionar a fondo en esta polémica. Necesitamos modificar los modos de obtener la energía para evitar este tipo de catástrofes en la naturaleza. Ella no tiene la culpa.

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