Son las 6 de la tarde y apenas hay veinte personas en la puerta de
Al poco rato de abrir la puerta la gente comenzó a entrar muy impaciente en la sala. Con más ansias, las chicas llamadas Nerea, ya que pasaban gratis debido a que su nombre y el del grupo coinciden. Todos enseñaban con ilusión la entrada y tras un rápido cacheo por los robustos porteros miraban con atención el pequeño chiringuito donde se podían comprar camisetas, discos y colgantes con el símbolo de las ya conocidas tortugas. La gente no paraba de llegar y muy poco a poco se iba llenando la sala. Los más seguidores se situaban en los primero huecos que había, el resto se acercaba a la barra, pues hacia mucho calor y aún quedaba una hora para que empezara el concierto.
Con el aforo completo comenzó el espectáculo. Mafy fue la primera en iniciarlo. Se le veía muy nerviosa y novata en el tema, aún así, canto cuatro temas de su repertorio, todos compuestos por ella. El público en general, la mayoría jóvenes chicas, escuchaban con éxito las canciones e intentaban tararearlas y seguir la marcha con Mafy, que el público mostrara aprecio hacia sus canciones le tranquilizaba.
Lo cierto es que se acercaba la hora de que Jorge Ruiz y su grupo salieran al escenario. Pasados unos minutos de las 22.00 horas comenzaron a tocar los músicos. Los fans eufóricos cantaban a gritos la canción acompañada por la voz de Jorge, que no apareció hasta unos minutos más tarde. El single con la que comenzaron fue “Tu mirada me hace grande”, uno de los tres temas nuevos incluidos en su último disco homenaje. El ritmo del concierto fue acelerado desde el primer momento, la gente cantaba y saltaba al ritmo de las canciones, desde la primera nota hasta la última. Otros de los temas que tocaron fueron “Por el miedo a equivocarnos”, “Con trocitos”, “Piedra, Papel o Tijera”. Se despidieron con la emotiva canción de “Adiós”, bastante apropiada para la ocasión.
El momento cumbre de la noche fue sin ninguna duda fue cuando tras despedirse el público jaleaba “Otra, Otra” y efectivamente, salieron a cantar un par más de canciones. Una de ellas, puede que la más conocida por la gente, el secreto de las tortugas, fue acompañada del baile. En esos momentos toda la sala bajaba hacia el suelo moviendo la cintura y poco a poco subían siguiendo el compás y la letra de la canción.
Una vez terminado el concierto, solo se escuchaban conversaciones en las que los fans se habían quedado impresionados, pues Jorge les había trasmitido un montón de sentimientos y se había sentido muy cercano al público a lo largo de la noche, saludando a aquellas personas que le siguen desde sus inicios. “Mereció la pena haber estado tanto rato en la puerta esperando a que abrieran las puertas para verlo desde primera fila”, comentaba una fan del grupo a su amiga.
Maldita Nerea había dejado el listón muy alto, difícil de superar.
